Hola genios!
Hoy os traigo una historia inspirada en mi personaje de mi grupo REA, Juan Carlos.
Espero que os guste mucho.
Era viernes y como de costumbre los chicos y yo teníamos planeado salir a disfrutar un poco de la noche. Nos gustaba mucho el ambiente que hay en las discotecas, todos excepto Daniel, él es más de quedarse en casa o hacer otro tipo de planes con sus otros amigos pijorris, pero esa noche salió con Manuel, David y conmigo.
Sinceramente me alegraba que viniese, Daniel y yo chocamos mucho, sobre todo al principio cuando nos conocimos, pero poco a poco supimos como llevarnos el uno al otro.
Eran las once y media de la noche y yo me estaba preparando para salir. Ese ía fui a trabajar como de costumbre al campo, y a la hora de llegar a casa me esperaba mi madre y mi hermana, me preguntaron que tal me había ido el día y la verdad que le conteste a ambas con mala gana. Había discutido con un compañero porque quería que yo hiciese su trabajo. Y mientras me preparar a para salir estuve recordando la escena, me dio demasiada impotencia.
—Será mamón, que yo haga su trabajo dice, claro y me llevo solo el jornal mio habiendo trabajado por dos personas. No tiene fé ni ña el payo.
De repente entró mi hermana Saray a la habitación, con un montón de ropa que supongo que habría planchado mi madre.
—¿Que acicalado te estas poniendo no? Gatita presumida -comenzó a reírse por lo bajo-
—Saray no digas tonterías que yo voy arreglado siempre.
—Ya claro, pues hoy te has puesto las cadenas de oro y la colonia que te regaló la mama -me examina de arriba a abajo- Haber, date la vuelta que te vea mejor.
—Saray me tengo que ir, me están esperando -cedí a regaña dientes-
Empecé a coger mis cosas, la cartera, las llaves y el paquete de tabaco con el mechero, para poder salir lo más rápido posible de la habitación.
—Pásalo bien gruñón. Ah. Y no dejes a ninguna paya preñada -grita desde la habitación a mis espaldas-
Sonreí dandole la espalda a mi casa por qué comentario que había hecho mi hermana.
Llegué a la puerta de Manuel para recogerlo y nos fuimos con mi coche nuevo hacia el centro, donde íbamos a encontrarnos con David y Daniel.
La gente opinará que nuestro grupo es muy raro, como van a juntarse un gay, un atleta, un gitano y un hippie en el mismo grupo, muy simple, nos complementamos entre todos muy bien y somos una piña. Además ellos han sido las únicas personas que han estado ahí para mi cuando lo he necesitado.
Transcuría la noche y nos lo estábamos pasando en grande, Manuel y yo estábamos esperando a que pusiesen nuestra canción favorita para cantarla a pleno pulmón mientras Dani y David se avergonzaban de nosotros entre risas.
Comentarios
Publicar un comentario